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Todos estamos ante un momento histórico lleno de cambios y transformación, tanto a nivel individual como colectivo. Un momento que no está exento de resistencia, inestabilidad, incertidumbre, confusión, dudas y miedo, en el que también aparecen máscaras como la arrogancia, el querer tener razón generando conflictos.

Este cambio, el caos (el universo es un perfecto caos) nos trae la caída de estructuras, ideas, patrones y creencias no solo externas, sino también internas, que son las que quiero abordar a lo largo de este texto.

Vemos afuera lo que hay adentro

Como es adentro, es afuera; como es arriba, es abajo (manifestación de los tres planos físico, mental y espiritual -ley hermética o Kybalion, de Hermes Trimegisto-). Estamos en un nuevo momento colectivo de gran despertar (ya ha habidos otros anteriormente), donde hay un mayor número de seres humanos que eligen el cambio, el abrirse, el no resistirse.

Despertar es darse cuenta, es la llegada de conocimiento interno desde nuestro inconsciente al consciente. Son revelaciones, aha moments, clics; es ver algo en un instante con total claridad. Es un camino de autodescubrimiento y autoconocimiento en el que descubrir quién eres, más allá de títulos, profesiones, roles, funciones, habilidades o características. Es adentrarse en un universo interno en plena expansión, así como lo hace nuestro cosmos, un universo en el que cuánto más conoces, más consciente eres de que todo lo que te queda por saber. Vas viendo asociaciones, la unión de todo, que todo está en todo (microcosmos al macrocosmos, biología interna al cosmos). El solo sé que no sé nada cobra más sentido que nunca y va dando paso a la humildad, a la honestidad con uno mismo.

Despertar es darse cuenta, es la llegada de conocimiento interno desde nuestro inconsciente al consciente.

La ley de polaridad

Una gran herramienta que nos da la vida es vernos en el exterior, en todas las situaciones que nos suceden y acontecen y sobre todo vernos en otros (ahí lo podemos ver con mayor claridad).

Vivimos en dualidad, bajo la ley de la polaridad, donde los opuestos son complementarios (positivo-negativo, triste-alegre, ira-calma, masculino-femenino, miedo-amor). A pesar de esta realidad podemos llegar a entender que nuestro origen es la unidad, que hemos olvidado para experimentar la dualidad. Hacia ahí vamos caminando, en este camino de despertar, de darnos cuenta. ¿Y de qué nos damos cuenta? De otras perspectivas, de que lo que vemos son proyecciones de nuestro interior, y entonces vemos alternativas, opciones nunca antes imaginadas. Nos percibimos separados, separados de todo y de todos.

Sin querer entrar en profundidades, solo os invito al cuestionamiento interno, a experimentarlo por vosotros mismos. ¿Cómo?

Tomando responsabilidad

Tomar responsabilidad es la habilidad de responder por nuestra propia vida, sin delegarla en nada ni en nadie, sin otorgar poder al exterior o al otro. Nadie nos sana; nadie, ni nada nos completa: esa es nuestra responsabilidad.

De esta forma es cómo pasamos de víctimas, de controladores llenos de rigidez en búsqueda de justicias y miedos, a creadores de nuestra realidad. Nos convertimos entonces los guionistas de nuestra historia, que podemos reescribir en cada instante si nos permitimos vivirlo plenamente. Para eso debemos estar aquí y ahora y traer nuestra esencia al presente: PRESENCIA.

Despertar es darse cuenta, es la llegada de conocimiento interno desde nuestro inconsciente al consciente.

Conscientes del presente

A nuestra mente lógica, racional e intelectual le hemos otorgado el poder absoluto de nuestras vidas, empoderándola y dándole funciones que no le corresponden, lo que nos lleva una y otra vez a vivir situaciones y experiencias con la misma lección.

La mente racional, el ego o “POCOYÓ”, a veces tan acelerada que parece un MONO LOCO, siempre trata de elaborar un plan, con todo lujo de detalles, para el corto plazo, el medio y largo plazo. Pero este plan se parece como un huevo a una castaña al verdadero plan de vida, del cual nuestra mente racional no sabe nada, ni tan siquiera de su existencia. Para la mente racional no hay nada más que el yo, y esto nos lo reafirma constantemente. Es en esos instantes en los que experimentamos la resistencia, los conflictos externos e internos, las luchas por tener la razón, la arrogancia, la rigidez, la crítica, los juicios o el control. Esa racionalización puede llegar a ocurrir incluso en el plano de las ideas y creencias espirituales. Si estamos aquí, tengamos por seguro que es porque tenemos algo que aprehender.

Tenemos una evolución individual que hacer, y es nuestra responsabilidad llevarla a cabo (no vale culpar a nada ni a nadie). Aunque nuestra mente racional lo quiera todo rápido y ya, en el aprendizaje está el respetar nuestros tiempos y el de los demás. Debemos tener PACIENCIA (“paz-ciencia”, la ciencia de la paz).

Si estamos aquí, tengamos por seguro que es porque tenemos algo que aprehender.

El poder del lenguaje

En el principio era el verbo (logos, verbum), es decir, el sonido, después la luz y finalmente la forma. El lenguaje responde a una programación, a códigos internos. Como todo en el universo, es información codificada a través del movimiento de la energía que transporta información. Si atendemos a nuestro lenguaje, nos daremos cuenta de muchos patrones, programas internos instalados. Una vez descubiertos y sentidos, podremos decidir actuar o no actuar para cambiarlos, desprogramarlos o descodificarlos.

El despertar

Para iniciar el despertar, este “darse cuenta”, es necesario que cuestionarnos a nosotros mismos y empezar a observar el pensamiento, la palabra, el sentimiento. Aprovechemos la situación externa y a los demás para “vernos adentro”, conocernos mejor, entendernos desde la COMPASIÓN y atendernos desde el AMOR PROPIO. Por tanto, podemos trabajar en:

  • El descubrimiento
  • La observación sin juicios
  • El reconocimiento
  • La decisión
  • El cambio
  • La integración del aprendizaje
  • La evolución, el cambio a la transcendencia

Herramientas para el despertar de la conciencia

La mayoría hemos ido descubriendo, en diferente orden cronológico, herramientas para nuestro despertar. Inconscientemente al principio y más conscientemente después (aunque el universo del inconsciente siempre está actuando). Algunas herramientas vitales para el despertar son el RESPIRAR, el DORMIR (tanto biológicamente como, ya con muchísima más información, mediante la interpretación de nuestros sueños) y el ALIMENTO.

También tenemos otras herramientas como el yoga, la meditación, las terapias de gemas, la obsidiana, los masajes terapéuticos, el tarot consciente, el biomagnetismo, la acupuntura, la naturopatía, los registros akhasícos, la hipnosis, las regresiones, las constelaciones, el silencio… ¡y muchas más!

Os espero en el siguiente post para seguir descubriendo estas herramientas del despertar.

Yolanda García

Health Coach por el IIN (Institute for Integrative Nutrition of NY)

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