Muchas veces las personas me dicen que hacen miles de cosas espirituales y aún se sienten vacíos
No es necesario saber cuántos cursos holísticos, talleres o maestrías espirituales hayas tomado, si fuiste a lugares sagrados, a templos, al Tíbet, al Machu Picchu, a las pirámides de Egipto, a las pirámides Mayas o si te han nombrado un maestro iluminado.
Si eres vegano, vegetariano o carnívoro.
No me interesa las veces que has tomado ayahuasca, fumaste marihuana y viste un universo de colores.
No me importa cuántos niveles de reiki tenés, si haces yoga, tantra, mudras o si te levantas a las 6 AM para meditar. Si te comunicas con los extraterrestres, si ves naves y canalizas seres de luz, si sos médium, vidente o si mantras a lo loco.
No es de mi incumbencia si has compartido con grandes brujas, magos o chamanes.
Tampoco me importa si no has hecho nada de esto y vives tu conciencia dormida en la matrix.
Lo único que me importa es:
- Quién eres detrás de todo eso que haces.
- Si te ha servido para transformarte en tu mejor versión.
- Si lo pones al real servicio.
- Si dedicas tu vida a la misión que eligió tu alma desde antes de nacer.
- Si has sanado todas las raíces ancestrales de tu árbol genealógico.
Lo único que importa es quien eres adentro.
Recuerda que no eres un envase que debe ser llenado de información externa. Debes desprenderte de todo esto, vaciarte completamente, para recordar todas las partes de tu existencia y encontrar el camino para volver a casa. El resto es ilusión, un personaje irreal, una fachada llena de ego. Mi experiencia personal y ser un trabajador del universo durante 10 años en este medio espiritual me llevó a comprender todo esto.
