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¿Cansada de sentirte víctima? ¡En Ti está la solución!

Si ya lo has visto, si ya te has dado cuenta de que te mueves en tu vida desde una posición de víctima, ya puedes tomar la decisión de cambiarlo. Y si todavía no te has percatado… ¡observa!

¿Cómo sé que estoy en situación de víctima?

Obsérvate: observa tu lenguaje, observa tus pensamientos, observa tus emociones y tus reacciones (que no son lo mismo que las acciones). Cuando estamos en el victimismo estamos en la queja: nos quejamos por todo y por todos o por algo o alguien. El exterior, los otros, siempre son los culpables de todos nuestros males. Hay queja y hay culpa. La mente egoica tiende a la exageración para reafirmarte y confirmarte una y otra vez que tu situación de víctima.

Desde la posición de víctima paso de la tristeza, el dolor y el sufrimiento al enojo, la ira. Te sientes desgraciada sin entendimiento. Vuelves al enfado, al juicio, a la culpa… para reforzar que eres una víctima. Le das todo el poder al exterior, a lo de afuera, al otro, ya sea pareja, hermano, madre, padre, el clima, el sistema, el jefe… Da igual, el culpable está afuera, ajeno a ti. Atraes cómplices que te lo reafirman, refuerzan tu creencia: que vean que el malo está afuera, en el otro, no en mí.

La conciencia universal (el todo, el universo, dios… como te resuene) no juzga, sólo te da la razón. La ley universal de la atracción te reafirma, te atrae más desgracia, te hace más víctima. Y entonces vuelta a la tristeza, al dolor, a la desgracia, al sufrimiento, al enojo, la ira… Y entramos en un bucle una y otra vez.

Mientras seguimos en el “Día de la marmota”, sin verlo, sin atenderlo, sin actuar, esperando a que otro/s hagan algo para que me suceda lo que yo quiero.

La solución solo está en ti

Desde esa posición de víctima también se confunde el concepto de perdón. Perdón al otro, el otro es el que me ha dañado. Sigo situando la responsabilidad afuera, en el otro. Pero solo puedo perdonarme a mí misma.

¿De qué me sirve estar en situación de víctima? ¿Así tu vida mejorará? ¿Conseguirás manipular afuera para llenarte dentro?

Nadie ni nada te puede completar; es una responsabilidad propia, única e intrasferible. Así tengas el reconocimiento, admiración de todos (madre, pareja, hermano, padre, abuelos, amigos, compañeras, conocidos y desconocidos), si tu auto reconocimiento está pendiente, nada te llenará.

La situación de víctima te llevará a atender afuera, mientras que la solución está dentro. Cuando lo ves, cuando te das cuenta, tomas la decisión de actuar, de reaccionar. Dejas de contarte ese cuento una y otra vez. Abandonas ya el relato del ego que te pone en situación de víctima.

De víctima a creadora

Si vemos al otro como lo que es, tu proyección, un espacio abierto a través del cual verte, solo un reflejo, tu espejo para ver lo que tanto cuesta verse dentro, entonces, ¡te descubres! Tomas la responsabilidad y el poder de tu vida, esos que habías delegado afuera, en otro. Pasas a ser el protagonista de tu vida y a tener el derecho a cambiarla. Te conviertes en creadora.

Y desde el vasto inconsciente, CREA. Desde ahí, tienes la oportunidad de descubrir programas, patrones de tu inconsciente que has repetido a lo largo de tu vida, en diferentes situaciones, encuentros, circunstancias y con diferentes personas, sin ser consciente de ello.

Si te atreves a ir adentro, a verte en el otro, a ver tu sombra, a nombrar lo innombrable, a ser tan honesta que duele, a contarte la verdad, a verla, a sentirla, a abrazarla, a perdonarte, llega la aceptación más profunda de todo lo que te integra, que está en Ti.

Desde ahí el cambio se produce en Ti, dentro de ti. Adoptas una nueva visión, una nueva perspectiva, y el exterior, el otro, cambia, se ve diferente. La percepción está en Ti no el no percibido.

Debes ser consciente de la dualidad en la que vivimos sin identificarte con ella, viendo los opuestos complementarios que nos integran. Eres conciencia y esta habita en ti, en todos y todo; la fuente, la totalidad, la Unidad que eres.

Desde la responsabilidad y el empoderamiento de tu conocimiento más profundo, te conviertes en creadora.

El entendimiento sólo llega transitándolo, experimentándolo: solo esto te resuena si lo has atravesado y caminado.

Podrás ir de víctima a creadora, de creadora a víctima una vez reconocido el círculo, pero ya lo verás cada vez con más claridad, volviendo a tomar las riendas de tu vida, siendo la dueña, la responsable, sintiendo el agradecimiento, la compasión desde la ternura y la compresión del camino de aprendizaje que realiza tu personaje protagonista en esta vida.

Como última reflexión, te dejo este mensaje de la maestra Kwan Yin a través de Guillermina Simó Rico:

“Tropezó mi Alma mil vidas, para sorprendida ver que vivir de una forma consciente era simplemente la clave para no volver a caer jamás en la trampa de Hacer para poder Ser. Ser quien Soy fue completar, por fin, la misión en esta vida de mi Alma. Tan sólo esto era lo que ella pedía”.

 

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